Estudié para ser doctor por el servicio y dedicación que se le brinda a la persona enferma. Tuve como ejemplos a mis padres quienes hasta la fecha, han servido de una manera humilde y desinteresada el ejercicio de la medicina. Tuve la gran oportunidad de realizar el Servicio Social en Parrita, aquí fue cuando decidí dedicarme a la atención y cuidado del niño y niña. La pediatría es una profesión increíble y llena de grandes alegrías ya que, poder servir como guía en el crecimiento y desarrollo de un bebé es una gran bendición que los pacientes me brindan, y por su puesto que el poder ayudarlos durante la enfermedad es mi gran reto. Al final nada se compara con la sonrisa de un niño agradecido.