A los 15 años descubrí la psicología y decidí estudiar esta carrera porque me interesaba comprender la conducta humana y acompañar a quienes estuvieran pasando por momentos difíciles. Siempre he creído en el poder de escuchar, de validar, y de acompañar sin juicio. Cada situación es única, y para mí es profundamente satisfactorio ver cómo una persona se transforma al sentirse comprendida.
Mi forma de ejercer va más allá de un diagnóstico o de los síntomas. Humanizo la psicología y me centro en el ser, en su historia, en sus emociones y en su potencial. Estoy segura de que las cosas pueden cambiar, de que siempre es posible tomar una nueva dirección. Yo también he vivido procesos personales difíciles, y sé que es posible salir adelante.
Tengo experiencia tanto en el ámbito de recursos humanos como en la atención privada como psicóloga, y eso me ha permitido tener una mirada amplia del ser humano en distintas etapas y contextos de su vida. Mi lema es: "Somos lo que decidimos ser, y siempre se puede dar un giro a la vida."