A mi mediana edad 15 años de ejercer la profesión, 13 años de ser ginecóloga y 8 años de oncología médica y quirúrgica, he tenido la oportunidad de presenciar la vida y la muerte, la alegría y triunfos de victoria sobre terribles enfermedades, la sanación del cuerpo y la mente, la desilusión y derrota del tratamiento fallido. En ocasiones he pensado que lo he visto todo pero la verdad del caso es que ésta profesión, más aún en esta vida todos los días se aprende algo nuevo, todas y cada una de las pacientes y sus familias tienen un mundo diferente detrás de ellas. No hay ninguna igual a otra. Los dejo en este pequeña reseña sobre mi persona con ese pensamiento y también con la idea de que cualquiera que sea la dirección del curso de una vida sea para verla de la forma más positiva, dar el mejor alivio posible, ofrecer lo mejor que se pueda otorgar. Gracias a ustedes, mis pacientes, soy una persona mejor porque me enseñaron a ver la vida con humildad. Gracias a las que ya no están aquí porque cambian toda perspectiva de vida convirtiendo cada día en uno de provecho. Gracias a las nuevas vidas porque son el Alba de la mañana y la luz de cada día.

PRIMERA DECLARACION

Hace casi 37 años nací en San José en el seno de una familia con mucho amor donde mi padre, médico de profesión y mi madre, microbióloga me dieron el ejemplo durante muchísimos años de trabajo arduo, perseverancia y excelencia académica.

Durante mi carrera, cuando cursé la materia de Ginecología y Obstetricia me enamoré de esta especialidad de contrastes, donde hay clínica, tecnología, cirugía, consulta, hospitalización y tantas cosas más vida, mucha vida y esto me hizo escoger este camino.

Mi labor profesional es una de paradoja donde me encuentro tanto con la vida como con la muerte. La Ginecología Oncológica es un área muy gratificante donde se puede salvar la vida de las personas, y en aquellas en que esto no es posible, se le puede brindar a estas mujeres calidad de vida, cuidados paliativos y apoyo a sus familias. Por otro lado, la Obstetricia es aquella rama de la Ginecología que da vida, que da luz y el poder asistir en el nacimiento de un ser humano es uno de los acontecimientos más nobles y emotivos; por lo cual, me siento bendecida por Dios de poder llevar a cabo esta labor.